Los esquemas cognitivos se definen como construcciones subjetivas de la experiencia personal en forma de significados o supuestos personales que guían nuestra conducta y emociones de manera «inconsciente».
Son representaciones mentales de nuestra experiencia en la vida, pero no meras copias de lo que nos ha sucedido sino más bien nuestra experiencia organizada con sentido personal.
DEFINICIÓN DE ESQUEMA COGNITIVO
La forma de pensar con la que se enfoca y experimenta la vida por cada persona. En el lenguaje popular : «la manera en que nos tomamos las cosas». En el lenguaje psicológico : «la organización de nuestra experiencia en forma de significados personales, que guía nuestra conducta, emociones deseos y metas personales».
Estos esquemas cognitivos están, en cierto modo, localizados en nuestro cerebro en los circuitos neuronales de la memoria, son el resultado del desarrollo biológico y las experiencias de aprendizaje de cada persona y están constituidos por los significados que tiene cada persona respecto del mundo y de si mismo. De hecho, cuando hablamos de «mente humana» nos referimos al funcionamiento de estos esquemas en forma de fenómenos como «conocimiento», «memoria», «deseos», «sentimientos», «conducta»,etc.
Desde esta perspectiva se considera que la psicopatología (trastornos psicológicos) es el resultado de alteraciones en la organización o funcionamiento de los significados personales, y la psicoterapia como la labor de desarrollar significados alternativos que generen mas bienestar.
En el desarrollo de una persona los primeros esquemas cognitivos creados son los ESQUEMAS TEMPRANOS NUCLEARES ( Algunos psicólogos le llaman también modelos operativos o guiones). Se refieren a escenas cargadas de afecto. El niño ante de desarrollar el lenguaje (desde el nacimiento hasta los 3-4 años aproximadamente) a partir de su experiencia de vinculación afectiva con sus progenitores, por lo general los padres, se construye mentalmente su experiencia en forma de imágenes o escenas sobre acontecimientos repetitivos (relaciones con sus padres, si mismo y entorno). Esa organización mental de escenas-nucleares o centrales- van a constituir la «base de su personalidad» en el sentido de que la influencia posterior de otras experiencias de su vida va a estar matizada por estas experiencias primarias. Esa experiencias primarias se relacionan como hemos dicho con la vinculación afectiva con sus padres, sobretodo con la madre. A esa vinculación afectiva se le ha denominado APEGO (Bowlby, 1969,1973). El apego no abarca no solo los primeros años de la vida infantil, sino toda la vida, pero es en los primeros años de la vida cuando va a dejar su mas marcada influencia.
La teoría del apego defiende que las personas tienen una disposición innata al vinculo afectivo con otros seres humanos: buscar la proximidad hacia adultos específicos que proporcionan protección contra los peligros. La calidad de esta experiencia de apego afectivo y sus alteraciones van a ser «guardadas» por la persona en su memoria de acontecimientos vividos (llamada memoria episódica) de manera «inconsciente». Esos acontecimientos vividos personalmente en esas experiencias formaran los esquemas cognitivos tempranos que van a influir en la manera en que una persona :
1º- La valoración de las otras personas que vaya conociendo
2º- El grado de confianza y aceptación de si mismo
3º- La manera de explicar y atribuir erróneamente o no los acontecimientos a determinadas causas (p.e sentir ira y vivirla como angustia atribuida a temor al infarto).
4º- El equilibrio personal entre la capacidad para explorar nuevas experiencias y el buscar seguridad en otros.
Veamos de, manera resumida, como la alteración del apego temprano puede producir trastorno psicológico: Ciertas actitudes y estilos de comunicación de los padres hacen que el niño deje de ser consciente de ciertos acontecimientos que el ha observado (p.e relación sexual entre sus padres, encuentros secretos extramatrimoniales, aproximaciones sexuales del padre hacia el niño, abuso de alcohol y drogas de un padre, intentos de suicidio de un padre, etc..). Los padres le insisten al niño de que olvide lo sucedido y le presionan para que se tomen de manera menos negativa lo sucedido. Esto hará que el niño «reprima» u «olvide» lo sucedido y lo «recuerde» de manera mas benigna hacia los padres. Esto hará que cuando el diga o cuente de como era la relación con sus padres lo haga desde este punto de vista dividido. La experiencia real percibida se hará inconsciente y se almacenará en la memoria episódica (de recuerdos de la vida), y la «imagen presentada» será la mas accesible a su conciencia. Esta «falsa imagen» le permitirá sin embargo mantener la ilusión de cercania afectiva hacia sus padres. Sin embargo esa división mental (disociación en términos psiquiatricos) le influirá en sus posteriores relaciones sociales, de pareja o con los hijos donde apareceran problemas emocionales y relacionales.
El trabajo terapéutico con estos esquemas tempranos ha sido el objetivo del psicoanálisis, y actualmente de las llamadas terapias cognitivas constructivistas. Estas terapias cognitivas suelen ser largas y difíciles ( a veces de varios años), por lo que escapan al objetivo de la autoayuda presentada en este libro. Aquí nos centraremos en otro tipo de esquemas cognitivos que adquiere el niño posteriormente en su desarrollo, a partir de cuando ya ha desarrollado un mínimo de capacidad lingüística (a partir del 3-4º año). Estos son los ESQUEMAS COGNITIVOS EN FORMA DE CREENCIAS PERSONALES (llamados también reglas personales o supuestos personales). Están relacionados con los esquemas cognitivos tempranos, a veces como reglas «prohibitivas» que impiden recordar y revivir las experiencias reales vividas almacenadas en la memoria episodica. Por ello trabajar con estos esquemas puede producir también modificaciones «profundas» en la personalidad, aunque de manera mas limitada al relacionarse solo con lo que puede ser descrito mediante palabras. En general estos esquemas contienen significados creencias sobre los objetivos mas importante para cada persona en la vida, y como tienen que ser perseguidos (p.e «Tengo que ser muy competente y tener éxito en mis tareas»). Cundo esos significados son rígidos y permiten poca flexibilidad ante las circunstancias variables de la vida (p.e que la persona que se exige éxito en sus tareas no lo consiga) generan trastornos psicológicos (p.e depresión). Sin embargo la persona no suele ser consciente de esas creencias personales, y solo se percata medianamente de sus pensamientos automáticos, que vendrían a ser como la puesta en práctica ante acontecimientos específicos de esa creencia. En el caso del ejemplo anterior la persona que mantiene la creencia personal «inconsciente» («Tengo que tener éxito en mis tareas») puede deprimirse al suspender un examen y darles vueltas a un pensamiento automático del tipo «no sirvo para nada».
De esta manera las terapias cognitivas que trabajan con las creencias personales, llamadas terapias cognitivas racionalistas, proponen primero que la persona se haga consciente de sus pensamientos automáticos y compruebe su grado de veracidad, mediante diversos métodos terapéuticos, y posteriormente se haga consciente y revise sus creencias personales. Las creencias personales se «almacenan» en la llamada memoria semántica, que contiene los conceptos e ideas que tenemos sobre las cosas y sobre nosotros mismos. En resumen los esquemas cognitivos se organizan en la memoria humana de dos maneras: los esquemas cognitivos tempranos de vinculación afectiva con los padres en la memoria episodica (memoria de acontecimientos vitales) y los esquemas cognitivos en forma de creencias sobre las «prohibiciones» y «metas-formas de conseguirla» en la memoria semántica (concepto e ideas ). Ambos esquemas o significados personales actúan a nivel inconsciente, siendo los primeros mas difíciles de hacer consciente y por lo tanto de modificar.
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