Terapia de Grupo, Reacciones de Ansiedad.

  • Grupos cerrados de 4 – 6 pacientes.
  • 10 sesiones: Duración de 2 horas
  • Horario: jueves de 20 a 22 horas.
  • Precio: 60 € /sesión.

Si deseas acudir ya puedes inscribirte, llámanos al 963.812.919 – 601.082.966 o envíanos un email a sperez@psicologosvalencia.es

Pasamos a explicar brevemente el modelo de trabajo para terapia de grupo adaptado en nuestro centro.

Los objetivos originales del dispositivo son la obtención de herramientas para incrementar el domino en situaciones de ansiedad. Más allá de estos vamos a destacar la importancia del trabajo sobre ciertos factores emocionales e interpersonales.
El diseño de los grupos terapéuticos consiste en ser cerrados (4 – 6 pacientes), con una duración total de 10 sesiones de una hora y media cada una con una frecuencia semanal (1ª presentación, 9ª evaluación, 10ª seguimiento al mes y 11ª seguimiento a los tres meses). Se incluyen pacientes en los que el motivo de consulta se centra en el padecimiento de reacciones de ansiedad (el grupo es homogéneo en cuanto al síntoma), cuya demanda no sea aguda, sin perturbaciones severas y sin una brecha generacional muy amplia entre los miembros, de manera tal que compartan el momento evolutivo que cursan. Los objetivos del grupo se circunscriben a mejorar la comprensión de la crisis, incrementar el dominio en situaciones críticas y desarrollar nuevas modalidades de afrontamiento ante situaciones de ansiedad (que encuentren alivio y herramientas).
Para el logro de estos objetivos, trabajamos sobre los agentes de mantenimiento: evitación conductual y cognitiva; los factores desencadenantes: ideas o creencias que actúan como disparadores (pensamientos automáticos). La terapia de grupo aporta un contexto de trabajo en el entorno de los vínculos interpersonales que fomenta el abordaje de ciertos factores emocionales.

Observamos que la persona que padece reacciones de ansiedad patológica, presenta una vulnerabilidad en tanto componente biológico y psicosocial que constituye la disposición de cualquier persona a desarrollar el tipo de trastorno específico que lo afecta, vulnerabilidad como un sistema integrado por esquemas que determinan un patrón básico de funcionamiento.

Esta condición predispone a la dificultad para afrontar ciertos problemas cotidianos vivenciados como desagradables entre otras cosas por las emociones primarias que despiertan. Esto suscita una forma de procesamiento particular que consiste en evitar la experiencia a nivel conductual, cognitivo y emocional:

“En la medida en que el paciente se entretenga con sus pensamientos catastróficos podrá mantenerse a prudencial distancia de la situación real. De este modo, el problema permanece no trabajado, no estudiado; en definitiva, no abordado” (CASCARDO Y RESNIK, 2007).
La “ventaja” de no afrontar el problema actual tiene un “costo”: o contar con la información y disposición a la acción que aportan las emociones y pensamientos, generando desmotivación e incertidumbre. Mientras la situación potencialmente peligrosa se mantenga a distancia, la persona aparenta tranquilidad y no hay activación de ningún tipo, aunque registra insatisfacción.
Cuando la “situación gatillo” se hace evidente, la atención se centra en signos somáticos y se disparan una serie de interpretaciones disfuncionales (factores desencadenantes), en las que se considera a los mismos como amenazantes. Se da inicio a la reacción de ansiedad (emoción secundaria) que viene a reforzar la evitación de la resolución del problema original.
El tratamiento contempla todos los pasos del circuito de la ansiedad. Agentes de mantenimiento (evitación de la reacción ansiosa) con estrategias de afrontamiento y psicoeducación; y los factores desencadenantes (pensamientos automáticos) con estrategias de resignificación y reestructuración cognitiva.
Todo esto en el contexto de la terapia grupal que potencia los resultados y los sostiene en el tiempo. Al concebir la reacción de ansiedad como una perturbación emocional, además de cognitiva y conductual, damos reconocimiento a la incidencia de los factores interpersonales en el trastorno. De allí la ventaja que tiene la terapia de grupo sobre el tratamiento individual.
Así, las estrategias de afrontamiento, las alternativas de pensamiento y las posibilidades de nuevas representaciones de las situaciones se potencian por: el aprendizaje interpersonal; por la réplica y diversificación de la experiencia disfuncional que surge de la observación y comparación con otros miembros del grupo; por la exploración de las emociones primarias facilitada por el sostén afectivo que brinda el marco grupal.