Se considera actualmente que el mejor tratamiento para un Trastorno Obsesivo Compulsivo es aquel que combina la terapia psicológica con el tratamiento farmacológico que incluye:

ansiolíticos, (Benzodiacepinas): como Alprazolam, Clonazepam y Bromazepam
antidepresivos: Los de elección por su contrastada eficacia son los llamados Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina y son: Fluoxetina, Fluvoxamina, Paroxetina y Sertralina. (En los últimos años, se han ido añadiendo la Clomipramina, el Citalopram y Escitalopram)
– neurolépticos, (estos sólo se recetan en algunos casos): Risperidona, Haloperidol, Levomepromazina y Olanzapina.

La técnica psicológica de elección para tratar una neurosis obsesiva (TOC) acostumbra a ser la “Terapia de Exposición y Prevención de Respuesta”.Esta técnica consiste en exponernos a nuestras obsesiones evitando realizar las compulsiones o rituales que alivian nuestra ansiedad de forma momentánea.

(Por ejemplo, si el afectado teme poder contagiarse por una enfermedad como el sida si entra en contacto con un agente externo, deberá enfrentarse a esta situación, estrechándole la mano a un desconocido sin lavarse posteriormente las manos).

Se utilizan, además, algunas otras terapias (muchas de ellas incluyen la participación de los familiares, aunque no todas):

– Existe la “Exposición Imaginaria”, (usada en los casos en los que las obsesiones no resultan accesibles, tales como miedos a que sucedan tragedias, aparición de imágenes intrusivas, etc).

– También hay una técnica llamada “Entrenamiento en Habituación y Parada del Pensamiento”, a la que se recurre en algunos casos de Toc donde no aparecen compulsiones aparentes, sino que el afectado rumía mentalmente, (es decir, analiza sus obsesiones, muchas veces, intentando descubrir si puede existir algún componente real en ellas).

– Otra de las técnicas es la que se conoce como “Entrenamiento en Habituación” (ésta fue, concretamente, la terapia que yo realicé obteniendo muy buenos resultados).
El paciente tiene que escribir en un papel y de forma reiterada, sus obsesiones, (aquellas imágenes o ideas negativas que se repiten en su mente y le generan malestar y duda). Después, queda terminantemente prohibido “compulsionar” o rumiar, (analizar mentalmente las obsesiones).
En su defecto, el paciente tiene que sobrellevar su ansiedad.

Transcurrido un período de tiempo que determina el psicoterapeuta, ambos, profesional y paciente, se sientan a leer las obsesiones que, en su momento, escribieron juntos.
Después de haber aguantado la ansiedad que le producían sus muchas obsesiones durante días consecutivos, (y gracias al efecto de la medicación), el paciente es capaz de descubrir por sí mismo, (cuando relee las obsesiones escritas en la hoja y con la perspectiva que ofrece el tiempo), la falsedad de las mismas.
Se da cuenta de que nunca las pudo pensar, sentir, creer o desear sino que sólo se le ocurrieron de forma reiterada, llegando a hacerle dudar porque estaba afectado por una enfermedad.
Es así como el paciente logra desenmascarar al fantasma del Toc.
(También se puede grabar en una cinta de video o casette al propio paciente, relatando sus obsesiones. El resultado que se pretende obtener es el mismo).

Existen otras técnicas psicológicas. El psicoterapeuta será quién instaurará la más adecuada para las necesidades específicas del paciente y su caso concreto.
El éxito de estas terapias radica en la experiencia y el saber hacer del profesional, y en el seguimiento adecuado por parte del afectado.
(Asimismo, se recomienda que estas técnicas se realicen de manera continuada y no se aíslen en el tiempo para garantizar los mejores resultados).

Un Toc es un trastorno de ansiedad y la ansiedad, sube y baja, pero también puede llegar a controlarse.En un momento puntual de nuestras vidas, quienes somos más propensos a padecer una neurosis obsesiva la llegamos a desarrollar porque nuestra ansiedad llega a puntos muy elevados y se desborda.
Pero si somos capaces de eliminar el cuadro obsesivo que aparece en un determinado momento (acabamos con sus obsesiones y sus compulsiones o rituales concretos), es posible que éstos no vuelvan a aparecer a lo largo de nuestra vida.

Al tratarse de ansiedad, ésta puede volver a incrementarse más adelante. Como tenemos rasgos obsesivos que nunca desaparecen porque forman parte de nuestra manera de ser, si la ansiedad se incrementa, lo más probable es que nuevamente necesite salir afuera y lo haga en forma de Toc (con obsesiones “nuevas” si no «nos curamos» bien de aquellas que aparecieron inicialmente).

Pero un Toc, si se trata debidamente, puede llegar a superarse (en el sentido de eliminar aquellas obsesiones y rituales concretos que nos atormentan en un momento puntual de nuestras vidas).

Como conocemos la técnica psicológica para reconocer las obsesiones y “no darles cancha”, si éstas vuelven a aparecer (ya sea con la misma apariencia o bajo otra forma diferente), vamos a ser capaces de evitar que se conviertan en tales obsesiones. Logramos no otorgarles importancia, consiguiendo, de este modo, que vayan desapareciendo de forma progresiva. (De la misma manera, conseguimos no dar cabida a las compulsiones, las rumiaciones, ni a los rituales).

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