Cuando hablamos de personas inseguras nos referimos a aquellas cuya inseguridad proviene de una falta de confianza en sí mismas, es decir, de una baja autoestima. Esta baja autoestima se manifiesta de un modo casi permanente, constituyendo un rasgo definitorio de su personalidad.

Para superar nuestra inseguridad lo importante es asumir que la solución está dentro de uno mismo. Nuestro bienestar no debe depender de las actuaciones de los demás ni de las circunstancias. Las respuestas están en nuestro interior. Nosotros tenemos todas las claves para enfrentarnos a la vida.
Al sentirnos seguros y cómodos con nosotros mismos y con los demás, creamos canales positivos de comunicación que van a contribuir a nuestro propio enriquecimiento. Es imprescindible, por tanto, creer en uno mismo, pues nuestros comportamientos van a reflejar la opinión que tenemos de nosotros mismos. Para ello:

– Puedes empezar proponiéndote metas a corto plazo con objetivos fáciles que sepas que vas a ser capaz de cumplir e ir progresivamente ampliándolos a objetivos más complicados. Cada mañana te puedes hacer este tipo de preguntas; ¿Qué cosas hago que me hacen sentirme incómoda?, ¿Qué problemas me plantea?, ¿Cómo lo voy a resolver?, etc.

– Intenta hacer algunas cosas que siempre has rechazado con la típica frase «yo soy incapaz de hacer esto». Por ejemplo, si has pasado medio día pintando un cuadro y el resultado no ha sido excesivamente bueno no debes centrarte en este aspecto, pues esto no es lo que importa, lo que merece la pena es que durante ese rato lo has pasando muy bien.

– También puedes tratar de mantener una conversación con aquella gente que tú creas que es la responsable de tu inseguridad o con alguien que hayas evitado en el pasado.