Esquizofrenia

La esquizofrenia es la más persistente y discapacitante de las enfermedades mentales mayores. Suele atacar a personas entre 16 a 30 años de edad, cuando recién comienzan a desarrollar su potencial. Afecta a aproximadamente 1 de cada 100 personas en todo el mundo (1 por ciento de la población), afecta a hombres y mujeres casi por igual. Si bien es tratable en muchos casos, aún no existe cura.

La mente controla las funciones básicas del pensamiento, de los sentimientos (emociones), de la percepción (los cinco sentidos) y de la conducta. Estas ocupaciones normalmente funcionan juntas permitiéndonos:

  • conocer la diferencia entre fantasía y realidad,
  • mantener la ansiedad a niveles manejables,
  • tener respuestas emocionales adecuadas,
  • encontrarle sentido a lo que nos ocurre,
  • mantener un sentido estable acerca de quienes somos,
  • establecer y mantener relaciones con otros.

La interacción de estas funciones mentales en la esquizofrenia se encuentra alterada de diversas maneras en la esquizofrenia. La palabra esquizofrenia no significa “personalidad dividida” sino una alteración del equilibrio entre las funciones mentales.

Las causas

Aún no entendemos qué causa esta condición. Los científicos en general están de acuerdo en que la esquizofrenia es un grupo de condiciones más que una enfermedad simple y, por lo tanto, puede tener varias causas. Los investigadores aceptan en general que ciertos defectos químicos o estructurales del cerebro, o ambos, pueden tener un rol en el trastorno. La investigación genética también sugiere que, si bien no se ha encontrado un gen único responsable de producir la esquizofrenia, varios genes pueden llevar a la predisposición, que puede ser gatillada por ciertos eventos de la vida.

Los síntomas

Los síntomas varían mucho. Síntomas comunes son:

Delirio: Se refiera a creencias falsas pero muy asentadas que el afectado siente como totalmente reales. Pueden llevar al individuo a creer en forma tremendamente exagerada en su propia importancia, poder, conocimiento, habilidades o identidad. Algunas personas sufren de delirio de persecución (paranoia), por ejemplo, tener la falsa creencia que está siendo atacado/a, molestados/as, que les hacen trampa, que les espían o que hay una conspiración contra ellos. Algunas personas creen que las cosas que ocurren en el mundo externo se refieren a ellos (ideas de referencia). Ejemplos son creer que otras personas hacen cosas debido a ti o que la radio o la televisión se está refiriendo específicamente a ti, y habitualmente en forma negativa.

Alucinaciones: Ver, oír, sentir, tocar, oler o saborear cosas que no están allí. Las alucinaciones tienen que ver con los sentidos. Escuchar voces es la alucinación más frecuente en las personas con esquizofrenia.

Ilusiones: Alteraciones de la percepción que son menos intensas que las alucinaciones. El individuo experimenta períodos de mayor conciencia sensorial, en la que los sonidos parecen más fuertes o más agudos que lo acostumbrado y los colores aparecen más brillantes, o bien períodos de conciencia apagada en que la llegada sensorial parece estar bloqueada. Otras ilusiones pueden incluir fenómenos en que las cosas parecen alejarse o acercarse, o la propia voz o el propio reflejo en un espejo, por ejemplo, parecen diferentes e incluso amenzantes.

Alteraciones del pensamiento: Suele ser denominado pensamiento confuso por los que lo sufren. Las alteraciones del pensamiento se caracterizan por la incapacidad de concentrarse, de conectar los pensamientos en forma hilada o por la incapacidad de pensar en forma clara. Los procesos del pensamiento pueden apurarse (fuga de ideas) o enlentecerse, o parecer bloqueados de manera que la mente de la persona se siente totalmente en blanco. Las alteraciones del pensamiento han sido comparadas a un filtro roto que permite que todo lo que entre a la mente tenga la misma importancia. Por ejemplo, darle la misma importancia a los números de una patente de automóvil que a las preguntas de un profesor.

Cambios emocionales y conductuales: La persona puede experimentar cambios súbitos e inexplicables del ánimo, como pena intensa, felicidad, excitación, depresión o rabia, que surgen sin motivo ni aviso previo. La falta de sentimientos puede ser igual de turbadora. Los síntomas que suprimen un rango de emociones normales suelen ser denominados “síntomas negativos”. La persona parece no poder sentir nada, ni alegría ni dolor. A veces esta pérdida de sentimiento se extiende al concepto de “sí mismo”. El individuo experimenta un sentido de irrealidad acerca de quien es o donde está o donde termina su cuerpo. Más que cualquiera de los síntomas descritos, los cambios conductuales indican a los demás la posible presencia de la condición.

Un signo precoz del trastorno suele ser la retracción social, ya que el individuo encuentra que la interacción con las personas y las cosas se torna cada vez más difícil. Una actitud común de este tipo es la incapacidad de interesarse en la higiene personal o en el aspecto. La falta de energía, de interés, de motivación o el tener menores niveles de actividad, de movimiento o del habla. Estos signos y síntomas deben alertar a los amigos y familiares que algo puede andar mal. En forma similar, los patrones de comportamiento inusuales para el individuo en cuestión o respuestas claramente inadecuadas (risa exagerada, o llorar en circunstancias no apropiadas, o hablar solo excesivamente) pueden indicar el acercamiento de un episodio de esquizofrenia.

Tratando la esquizofrenia

Estudios previos indican que después de 10 años, el 25% de las personas con esquizofrenia se han recuperado completamente. Otro 25% puede funcionar con un mínimo de apoyo. Otro 25% requiere apoyo familiar y social para poder seguir funcionando. El 15% no responde al tratamiento y 10% ha fallecido prematuramente, la mayoría de ellos por suicidio.

Los nuevos medicamentos para la esquizofrenia junto a mejores formas de administración (dosis más apropiadas) hacen que el tratamiento sea más exitoso que en el pasado. La esquizofrenia se trata con medicamentos denominados antipsicóticos. En los últimos diez años se han incorporado nuevos fármacos que tienen muy pocos efectos colaterales. Además se ha reconocido que la estabilización y recuperación mejoran significativamente con el tratamiento adyuvante que conlleva el apoyo social, familiar y de trabajo.

Los medicamentos antipsicóticos actúan a varios niveles. Pueden tener un efecto calmante inmediato, reducir la ansiedad, la agitación y la intranquilidad en la persona con síntomas de esquizofrenia. Puede tomar hasta cuatro semanas reducir síntomas tales como las alucinaciones. Las alteraciones del pensamiento y la paranoia son los más resistentes al tratamiento medicamentoso.

Algunas personas son reacias a tomar sus tabletas, aunque sea por un corto período de tiempo, ya que no creen que están enfermos o debido a alguna experiencia desagradable previa con la medicación. Además de tabletas algunos de estos medicamentos también se encuentran disponibles en forma inyectable, a ser aplicado cada dos a tres semanas. Esto es particularmente útil para aquellas personas que olvidan tomar sus pastillas.

El creciente interés en la investigación sobre los mecanismos de acción de los medicamentos ofrece esperanzas de tener mejores medicamentos en el futuro. Demás está decir que los pacientes están más dispuestos a tomar sus medicinas cuando sienten que les hace bien.

Las personas con esquizofrenia son particularmente vulnerables y necesitan apoyo social, un lugar decente donde vivir, apoyo en cuanto a los ingresos, amigos y familiares alentadores, y el poder hacer algo útil, que valga la pena. La mayoría de las personas con esquizofrenia enferma a la edad en que estarían tomando decisiones acerca de sus carreras, están capacitándose y formando relaciones adultas. Por esto, suelen no tener habilidades sociales ni de trabajo. De manera que además de requerir medicamentos, pueden requerir capacitación en cuanto a habilidades sociales, administración del dinero y el aprender a solucionar problemas. Aquellos que sí pueden trabajar suelen requerir más capacitación y apoyo en el trabajo.